martes, 19 de octubre de 2010

La suspicacia de tus besos
inducen
al más feroz encuentro...
entre dos cuerpos.

Silenciosamente suave...
serena.

Hiena que absorbes
toda la sangre
de tu esclavo muerto.

Poesía zigzagueante de brasas animales;
salvajes...
pero suaves.

martes, 31 de agosto de 2010

Ésto y solo esto...
(es lo que hay)
no toda la vida es un tango
pero aveces...
viene mal bailada.

Borrón y cuenta nueva
este vino que apremia
impuros amantes
ciegos...
cada uno por sus ojos.

Al tranco arrasa lo viejo
con su vaivén de rizos rojos
pelos sueltos
se funden no miento;
arrabales del sexo.
T.H.
(El bichotón bichotón,bichotón...)

La mirada cálidad
abierta y reflexiva,
la ternura dócil
de la fragilidad de la materia.

Los años dañinos
apagan sus pasos
llenan sus párpados
de lágrimas equivocadas.

Amamanta siempre
a sus eternos niños viejos.

El paladar exquisito
femenino
dantesco
ese pequeño imperio
que construyó desde cero.

El cine, su espacio
arte y trabajo
la reina en el trono
piel de terciopelo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Eva Taraburelli (mi mamá)

Camilla,los huesos,los rezos
recupera el aire de sus sierras;
una vida a todo pulmòn
a todo sacrificio.

Al hombro lo arrolla
el peso pesado
de la cruz de su pasado.

Tractorcito para el yugo,
justo un primero de mayo.

Evita palpita
muy lejos de estar muerta...
y la vuelta,
felices y tristes
en el cambio sideral
del eje de nuestras vidas.

(Basada en un hecho real,cuando a mi mamà la paso por arriba un auto,felizmente esta bien)

miércoles, 5 de mayo de 2010

Otoño

Caen...
nuevamente alborotadas
otoño.
En un sobrio concierto de luces,
-oído del corazón-
Grises de huesos calados
y allá en el fondo...
un fogón.

domingo, 7 de marzo de 2010

Pool
La mirada sigilosa
en la tronera que no se acerca.
-Pagando a veces se erra-
En el jolgorio de un silvido opaco,
festejo sin premio ni gloria
a la chica que me mira
sin decirme más.
Banqueta, vaso, no alivian
la presión del escriba
y la chica que me mira
sin decirme más.

lunes, 15 de febrero de 2010

Las parcas se lucen
los días negros
y el negro derrite el asfalto
en su paseo.
La sangre de Cristo
garganta de hierro
mis ojos tan rojos
si se vieron
ojeras de luna
que ya no quiero.
Desgarro, grito, los perros,
me ladra al presente
lo viejo.