lunes, 15 de febrero de 2010

Las parcas se lucen
los días negros
y el negro derrite el asfalto
en su paseo.
La sangre de Cristo
garganta de hierro
mis ojos tan rojos
si se vieron
ojeras de luna
que ya no quiero.
Desgarro, grito, los perros,
me ladra al presente
lo viejo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

FÁBRICA
Hormigas azules
espaldas de acero;
no hay ricos
sí tristes,
la prole es de fierro.
Imperceptiblemente presos
-esclavos a sueldo-
civiles tumberos
por el mismo precio.
Impuros olores
a caucho podrido
ciegos, sordos y aturdidos
con sueños vacíos.
Engranaje que mueve
a un pueblo tan estructurado
como dormido.
El patio es el cielo
hora del recreo
un pucho sin vuelto
y la vuelta al infierno.
Derriten las prensas
los cuerpos son fuegos
transpiran
sudan
jeden
tanto rusos como negros.
Huida, la ida,
al tranco ligero
que la ficha no trabe
el paso del tiempo;
nadie es tan lento
al fin los ojos ven cielo.
El destino ya es nuestro
el fiado es eterno,
tan cerca, tan lejos
hogares de los obreros.
La paga es un premio
que apenas
a medias
apremia
tanto desgaste por dentro.

lunes, 8 de febrero de 2010

Agradecido sí
a mi maestra y sus pezones de tiza
a la ilógica fantasía
de mis sueños incumplibles.
Desde el pupitre mi pupila
registra su perfil
mientras soporto,
absorto
la fatídica abstinencia
de mi falo líbido
en la perfidia a mis instintos
con órdenes de sigilo.
Tras el timbre estrepitoso
pero imperceptible
caigo, vuelco y miro...
el salón ya vacío.

lunes, 1 de febrero de 2010

Tan siervo de mis propias penas
como las hormigas de su cruz.

Inepto,
ante la realidad que circunda
una mísera parte de mi
y me exprime bilis
en la ácida noche sin son ni sombra
en el vómito que no subsana siquiera
lo que duele tanto por dentro.

Y en el mismo pasillo
perece sin luz la sombra
que nunca se quitó de mí
la pálida tumba de recuerdos sin presente
en el continuo del proceso resistir.